Vuestra obra y entrada son bastante pobres; el hombre no da importancia a la obra y es incluso más descuidado con la entrada. El hombre no considera que estas cosas sean lecciones en las que debería entrar; por tanto, en su experiencia espiritual, prácticamente todo lo que el hombre ve son castillos en el cielo. No se os pide mucho en términos de vuestra experiencia en la obra, pero, como alguien que Dios debe perfeccionar, deberíais aprender a trabajar por Dios de forma que podáis ser pronto conforme a Su corazón.
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