Desde una edad temprana, los padres y profesores de Cheng Jianguang le enseñaron que normas como "la armonía es un tesoro; la tolerancia, una virtud", "callar ante las faltas de los buenos amigos lleva a amistades buenas y duraderas" o "aunque veas mal, lo mejor es decir poco" eran las piedras angulares para mantener una buena relación con los demás.