Sólo la palabra de Dios puede dar vida al hombre Mucha gente ha creído en Dios a lo largo de los milenios, pero sólo unos pocos han entendido lo que es la verdad y, de entre ellos, los menos han entendido por qué la verdad es capaz de convertirse en nuestras vidas y exactamente qué resultado puede conllevar esto. Por tanto, muchas personas creen en Dios pero no buscan la verdad y, aunque han creído en Dios durante muchos años, sus caracteres vitales no han sufrido ningún cambio en absoluto. Este cortometraje debatirá por qué sólo la palabra de Dios es la verdad y por qué sólo la verdad es capaz de ser nuestra vida eterna.
Cho Yeonghan es pastor de una iglesia en Corea del Sur. Sirvió al Señor con entusiasmo durante décadas y se ganó el profundo respeto de sus compañeros creyentes. En los últimos años, su iglesia se fue quedando cada día más desolada. Las malas obras iban en aumento e incluso él mismo se encontraba a menudo sumido en el pecado. En consecuencia, estaba tremendamente triste y se sentía muy confundido... Tras pensarlo mucho, renunció en firme al puesto de pastor y abandonó su denominación en busca de una iglesia que tuviera la obra del Espíritu Santo, con la esperanza de poder encontrar el camino que le permitiera deshacerse del pecado.
"Ignorancia mortal" Cómo abandonar la ignorancia y recibir al Señor Zheng Mu'en es un compañero de una iglesia cristiana china de los Estados Unidos, ha creído en el Señor muchos años y obra y se dedica apasionadamente a Él. Un día, su tía le da testimonio de que el Señor Jesús ha vuelto para expresar la verdad y hacer la obra de juzgar y purificar al hombre en los últimos días, una noticia que le causa una enorme excitación.
El hombre estaba inmerso en todo tipo de actividades maliciosas sin dedicar el menor pensamiento al arrepentimiento. Nadie escuchaba la palabra de Dios. Su rigidez y maldad despertaron la ira de Dios y, al final, fueron tragados por el desastre del gran diluvio. Sólo la familia de ocho miembros de Noé escucharon la palabra de Dios y fueron capaces de sobrevivir. Ahora los últimos días ya han llegado. La corrupción de la humanidad se acentúa más y más. Todo el mundo reverencia el mal.
"En las profundidades del invierno" Dios está conmigo Se llama Xiao Li. Lleva más de una década creyendo en Dios. En el invierno de 2012, la Policía Comunista China la detuvo en una reunión. Durante el interrogatorio, la policía le intentó sonsacar información y la amenazó, golpeó y torturó reiteradamente para tratar de convencerla de que traicionara a Dios desvelando el paradero de los líderes y el dinero de la iglesia.
Desde una edad temprana, los padres y profesores de Cheng Jianguang le enseñaron que normas como "la armonía es un tesoro; la tolerancia, una virtud", "callar ante las faltas de los buenos amigos lleva a amistades buenas y duraderas" o "aunque veas mal, lo mejor es decir poco" eran las piedras angulares para mantener una buena relación con los demás.
Se llama Zhang Hui y es una cristiana perteneciente a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Como creía en Dios, el Gobierno comunista chino la tenía secretamente vigilada y fue capturada por la policía. Querían obligarla a traicionar a los líderes y revelar las finanzas de la iglesia, e intentaron usar sus lazos familiares como arma para atacarla emocionalmente.
Fang Jin es cristiana. El Gobierno del PCCh la arrestó en una reunión. Para obligarla a vender a sus hermanos y hermanas y traicionar a Dios, la policía la privó de comida, agua y sueño durante siete días y seis noches, y le infligió todo tipo de torturas inhumanas, como darle brutales palizas, someterla al "juego de los columpios", a ponerla en cuclillas y a burlas y humillaciones.
Li Ming’ai es una cristiana de la China continental. Es una mujer de carácter recto que respeta a sus suegros, ayuda a su esposo, educa a su hijo y tiene una familia feliz y armoniosa. Sin embargo, en China, donde el ateísmo ejerce el control, el Gobierno comunista chino siempre detiene y persigue sin control a las personas que creen en Dios. En 2006, Li Ming’ai fue detenida y multada por su creencia en Dios.
Wang Yue era predicadora en una iglesia casera de China. Predicaba y pastoreaba a la iglesia para el Señor con toda su alma y corazón. Pero cuando su iglesia se fue vaciando cada vez más, no pudo evitar que la invadiera la ansiedad. Sumida en el sufrimiento y el desconcierto, por suerte llegó a aceptar el evangelio del reino de Dios Todopoderoso.