Nací en una familia cristiana, y desde que era joven, recuerdo haber oído a mi abuela decir: “Debemos almacenar aceite, porque el Señor está a punto de volver, y cuando lo haga, nos recibirá en el reino de los cielos”. A partir de ese momento, comencé a esperar que el Señor regresara y nos recibiera, pero incluso cuando mi abuela falleció, el Señor no había regresado todavía.
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