Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación Cada etapa de la obra realizada por Dios tiene un sentido real. En aquel entonces, cuando Jesús llegó, era varón, y cuando Dios viene esta vez es mujer. A partir de esto, puedes ver que Dios creó al varón y a la mujer para Su obra y que con Él no hay distinción de género. Cuando Su Espíritu llega, Él puede adoptar cualquier carne a voluntad y esta lo representa. Sea varón o mujer, ambos representan a Dios mientras sean Su carne encarnada.

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Cuando Dios lleva a cabo Su obra, Él no viene a participar en ninguna construcción o movimiento, sino a cumplir Su ministerio. Cada vez que se hace carne, es sólo para lograr una etapa de la obra e inaugurar una nueva era. Ahora ha llegado la Era del Reino y el entrenamiento para el reino. Esta etapa de la obra no es la obra del hombre, no es para obrar al hombre hasta un grado determinado; es sólo para terminar una porción de la obra de Dios. Lo que Él hace no es la obra del hombre, no es para lograr un cierto resultado al obrar al hombre antes de partir de la tierra; es para cumplir Su ministerio y para terminar la obra que debe cumplir, que es hacer los arreglos apropiados para Su obra en la tierra y así ser glorificado.

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En la época en que Jesús obró en Judea, lo hizo abiertamente, pero ahora obro y hablo entre vosotros en secreto. Los incrédulos lo ignoran por completo. Mi obra entre vosotros está cerrada a quienes se encuentran fuera. Estas palabras, estos castigos y estos juicios los conocéis únicamente vosotros y nadie más. Toda esta obra se lleva a cabo entre vosotros y se abre únicamente a vosotros; ninguno de los incrédulos está al tanto de esto, pues la hora aún no ha llegado.

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