Como muchos que anhelaban la luz, intenté muchas maneras de buscar el verdadero sentido de la existencia humana, tratando de dar más significado a mi vida. Al final, todos mis esfuerzos fueron en vano. Pero después de tener la gran fortuna de aceptar la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso, ocurrieron cambios milagrosos en mi vida. Eso trajo más color a la misma, y llegué a entender que sólo Dios es el verdadero Proveedor de los espíritus y las vidas de las personas, y que sólo las palabras de Dios son el sentido verdadero de la vida humana.
Más información