Se dice en Hechos: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). Según este versículo, muchos creyentes han estado mirando el cielo y nubes para esperar que el cuerpo espiritual del Señor Jesús descienda sobre una nube blanca y arrebate a los creyentes al reino de los cielos. Sin embargo, muchos creyentes están confundidos: ahora son los últimos días, los desastres están sucediendo en todo el mundo y las profecías del regreso del Señor se han cumplido básicamente. ¿Por qué no han visto al Señor descendiendo sobre una nube? ¿Acaso hacemos algo mal en el asunto de dar la bienvenida al regreso del Señor? ¿Cómo debemos entender que “desciende sobre una nube” es conforme al corazón de Dios?
La Palabra de Dios dice: “Por varios miles de años el hombre ha anhelado poder ser testigo de la llegada del Salvador. El hombre ha anhelado contemplar a Jesús el Salvador sobre una nube blanca mientras desciende, en persona, entre aquellos que lo han añorado y anhelado durante miles de años. El hombre ha deseado que el Salvador regrese y se reúna con el pueblo, es decir, que Jesús el Salvador vuelva al pueblo de quien ha estado separado durante miles de años. Y el hombre espera que Él lleve a cabo una vez más la obra de redención que Él hizo entre los judíos, que sea compasivo y amoroso con los hombres, que perdone sus pecados, que los lleve e incluso que lleve todas las transgresiones del hombre y lo libre del pecado. Anhela que Jesús el Salvador sea el mismo que antes, un Salvador que sea adorable, afable y venerable, que nunca esté airado con el hombre ni le haga reproches, que este Salvador perdone y lleve todos los pecados del hombre e incluso muera en la cruz una vez más por él. Desde que Jesús partió, los discípulos que lo siguieron, y todos los santos que fueron salvos gracias a Su nombre, lo han estado añorando y esperando desesperadamente. Todos aquellos que fueron salvos por la gracia de Jesucristo durante la Era de la Gracia han estado anhelando ese día gozoso durante los últimos días, cuando Jesús el Salvador llegue sobre una nube blanca y aparezca entre los hombres. Por supuesto, este también es el deseo colectivo de todos aquellos que aceptan el nombre de Jesús el Salvador hoy. En todo el universo, todos aquellos que saben de la salvación de Jesús el Salvador han estado anhelando desesperadamente la llegada repentina de Jesucristo para cumplir Sus palabras cuando estuvo en la tierra: ‘Llegaré tal como partí’. El hombre cree que después de la crucifixión y la resurrección Jesús volvió al cielo sobre una nube blanca y tomó Su lugar a la diestra del Altísimo. De forma parecida, el hombre concibe que Jesús descenderá de nuevo sobre una nube blanca (esta nube se refiere a la nube sobre la que Jesús cabalgó cuando regresó al cielo) entre aquellos que lo han anhelado desesperadamente durante miles de años, y que Él llevará la imagen y las vestimentas de los judíos. Después de aparecer al hombre, Él le concederá comida y hará que el agua viva brote para él y vivirá en medio de él, lleno de gracia y amor, vivo y real. Y así sucesivamente. Sin embargo, Jesús el Salvador no hizo esto; Él hizo lo contrario de lo que el hombre concibió. No llegó entre los que habían anhelado Su regreso ni se les apareció a todos los hombres mientras cabalgaba sobre la nube blanca. Él ya ha llegado, pero el hombre no lo conoce y permanece ignorante de Su llegada. El hombre solamente está esperándolo sin propósito, sin darse cuenta de que Él ya ha descendido sobre una ‘nube blanca’ (la nube que es Su Espíritu, Sus palabras, todo Su carácter y todo lo que Él es) y está ahora entre un grupo de vencedores que Él formará durante los últimos días”.
Después de leer la palabra de Dios, entendemos que “nube blanca” se refiere al Espíritu de Dios y a la palabra de Dios, Su carácter y lo que tiene y es, es decir, cuando el Señor regrese en los últimos días, expresará las palabras para que conozcamos Su carácter y lo que Él tiene y es a partir de Sus palabras y Su obra. Esto nos recuerda la profecía del Señor: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). De estas profecías, vemos que Dios publicará muchas más verdades en los últimos días para guiarnos a entrar en todas las verdades, así que cuando esperamos el regreso del Señor, no debemos solo mirar al cielo y las nubes, sino debemos examinar dónde está la Palabra de Dios, dónde está la voz de Dios. ¡Reconocer la voz de Dios y aceptar la verdad que Cristo de los últimos días expresa son recibir verdaderamente al Señor!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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