28 May

Dios ha revelado la diferencia entre la obra de la encarnación y la del Espíritu Santo

La Palabra de Dios dice: “La salvación del hombre por parte de Dios no tiene lugar directamente a través de los medios del Espíritu o como el Espíritu, porque el hombre no puede tocar ni ver Su Espíritu, ni tampoco acercarse a Él. Si Él tratara de salvar al hombre directamente en la manera del Espíritu, el hombre sería incapaz de recibir Su salvación. Y de no ser porque Dios asumió la forma exterior de un hombre creado, sería incapaz de recibir esta salvación. Porque el hombre no puede acercarse a Él en absoluto, como nadie podría ir cerca de la nube de Jehová. Sólo volviéndose un hombre de la creación, esto es, poniendo Su verbo en la carne en la que se haría, puede obrar personalmente el verbo en todos los que le siguen. Sólo entonces puede el hombre oír por sí mismo Su verbo, verlo, recibirlo, y sólo a través de esto ser totalmente salvo”.

“La obra del Espíritu está envuelta en misterio; es difícil que los seres mortales la desentrañen y aún más difícil que la vean, y por eso sólo pueden confiar en imaginaciones huecas. La obra de la carne, sin embargo, es normal y se basa en la realidad, y posee una rica sabiduría y es un hecho que el ojo físico del hombre puede contemplar; el hombre puede experimentar de forma personal la sabiduría de la obra de Dios y no tiene necesidad de emplear su profusa imaginación. Esta es la exactitud y valor real de la obra de Dios en la carne. El Espíritu sólo puede hacer cosas que son invisibles para el hombre y difíciles para que él se las imagine, por ejemplo, el esclarecimiento del Espíritu, el toque del Espíritu y la guía del Espíritu, pero para el hombre que es capaz de pensar, esto no le aporta ningún significado claro. Sólo le proporcionan un toque o un significado amplio, pero no le pueden dar una instrucción con palabras. La obra de Dios en la carne, sin embargo, es muy diferente: tiene una orientación exacta de las palabras, tiene una voluntad clara y tiene objetivos claros que se requieren. Y así el hombre no tiene que dar palos de ciego o emplear su imaginación, mucho menos hacer conjeturas. Esta es la claridad de la obra en la carne y su gran diferencia de la obra del Espíritu. La obra del Espíritu sólo es adecuada para una esfera limitada y no puede reemplazar la obra de la carne. La obra de la carne le da al hombre metas mucho más exactas y necesarias y un conocimiento mucho más real y valioso que la obra del Espíritu”. De la Palabra de Dios, se puede ver que la obra de Su encarnación puede dar a las personas palabras precisas y Su voluntad clara, y dicho resultado es inalcanzable por el Espíritu Santo. Recordando lo que pasó después de la resurrección y ascensión del Señor Jesús, el Espíritu Santo descendió en el Pentecostés, y bajo la guía del Espíritu Santo, todos los creyentes servían a Dios mediante el esclarecimiento del Espíritu Santo y su conocimiento de la Biblia, pero debido a que las personas tenían diferentes entendimientos sobre el esclarecimiento del Espíritu Santo, nadie podía comprender intenciones del Espíritu Santo con precisión. Como resultado, han formado más de 2,000 denominaciones desde que el Señor Jesús se fue, y cada una tiene su propia doctrina y defendiéndola firmemente como la voluntad de Dios, esto ha causado que el círculo religioso sea tan caótico hasta hoy y que cada secta actúe de acuerdo con su propia opinión. Por lo tanto, en los últimos días, solo Dios viene por medio de la encarnación para obrar puede proporcionar las palabras más precisas y normas de la práctica más concretas a los humanos, y así pueden entender la voluntad de Dios sin necesidad de buscar. Esto es resultados que la obra del Espíritu Santo no puede lograr.

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