Sólo cuando Dios se vuelve carne el hombre puede ser Su confidente I Sólo cuando Dios se humilla en cierta medida al encarnar y entre los hombres morar, entonces pueden ser Su confidente y así amigos íntimos ser. ¿Cómo el hombre será Su confidente si Dios es del espíritu, excelso e impenetrable? Sólo al ser la misma carne, como es la del hombre, comprenderá Su voluntad y Dios lo ganará. II Dios habla y obra en la carne, junto al hombre en gozo, penas y aflicciones, vive en su mundo, lo protege y lo guía, lo purifica y le da bendición y salvación.
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