La sabiduría de Dios nunca cambia, la maravilla de Dios nunca cambia, la justicia de Dios nunca cambia, la majestad de Dios nunca cambia, la sustancia de Dios nunca cambia, y lo que Él tiene y lo que Él es nunca cambiará. Y Su obra está avanzando y profundizando; Dios es siempre nuevo y nunca viejo. Nuevo nombre, nuevas obras en cada era; una nueva voluntad y carácter.
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